El hombre es un ser complejo. Es un entramado de múltiples energías en interacción que pueden sufrir bloqueos e interferencias recíprocas, provocando toda suerte de desarmonías internas y externas. El hombre reúne en sí todas las dimensiones de la creación, es un microcosmos y en sí resume el reino mineral, vegetal, el animal, además del propiamente humano y espiritual. Está en un constante proceso de evolución.
Los tres primeros chakras o niveles de conciencia lo vinculan al mundo material y animal, tanto a nivel instintivo como emocional: instintos de supervivencia, de defensa personal, de reproducción, de poder y dominio sobre el ambiente, de unión hacia los otros tanto a nivel sexual y social, relación con el dinero, el poder y la voluntad y la autoafirmación o ego, junto con la posibilidad de experimentar el mundo emocional.
En estos niveles el hombre experimenta distintas lecciones necesarias que hacen a esta realidad material.
La gran mayoría de toda la humanidad se ha debatido y ha jugado en los campos de batalla de estos tres primeros chakras.
El ser humano es propiamente “humano” a partir del 4to chakra hacia arriba.
Si bien también ha desarrollado ampliamente el 5to chakra ligado a lo intelectual, con sus sorprendentes desarrollos científicos y tecnológicos, lo ha hecho en forma desequilibrada, desconectando con los chakras del amor, de la mente superior y la espiritualidad. De este modo dicho desarrollo ha sido desalineado de los aspectos superiores de su naturaleza, y por tanto desconociendo la relación esencial con la naturaleza y los otros seres humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario